En México –país de los milagros-, existe endémicamente un acto prodigioso que ni el mismo Jesucristo podía hacer: la resurrección colectiva. Esta acción de palingenesia moderna es efectuada de manera sistemática por los partidos políticos cada vez que hay elecciones.
Cuando llega el momento de acudir a las casillas en busca de elegir al candidato más “idóneo” para que “enderece” los destinos de sus gobernantes, hasta los difuntos salen de sus sepulcros y acuden en masa a sufragar.
Esa acción de revivir a los muertos la efectúan todos los partidos y los dirigentes la hacen de Mesías, con el objeto de “inflar” las urnas y que obtenga el triunfo su candidato.
De unos días a la fecha, de manera insistente, el profesor José Guzmán López, de apariencia y simulación perredista, junto con sus huestes, anda “investigando” la razón de una repentina migración masiva de cientos de personas a la región serrana, concretamente en el área que abarcan parte de los 39 municipios del 04 distrito. Como que el mentor se anda poniendo el huarache antes de espinarse, por que ven que el Toño Astiazarán ya se les adelantó en el "milagro".
Son los mismos de siempre los que “pelean” posiciones cada tres o seis años, según sea la necesidad. Por ello, la “causa” que el profesor Guzmán hoy defiende, se nota más falsa que el millón de metros pavimentados en Guaymas.
¿Piensa esta gente que les creemos sus simulaciones? A otro perro con ese hueso. Ni Guzmán, ni Paredes, ni Torreblanca, ni Ulloa, ni Arellano, ni toda la cáfila de pseudos luchadores sociales, van a convencer que ellos sí pretenden convertirse en adalides de un pueblo que está casi tan jodido económicamente como ellos lo están de su mente.
Resurrección electoral, ¡madres! Pónganse a trabajar bola de güevones.
PD El próximo jueves 1 de marzo, el diputado federal del 04 distrito, Dr. José Luis Marcos León Perea, va a presentar su dimisión en el Congreso de la Unión para ahora sí entrarle de lleno a la búsqueda de la candidatura, misma que casi es un hecho, tiene en su bolsa.