sábado, 28 de enero de 2012

Mi suegra Anita y el Milton

Por Ventura Cota y Borbón III
Ayer por la tarde noche, fui por mi esposa que estaba en casa de mi suegra Anita y como si despertara de un sueño extraño, por primera vez aprecié en ella –en mi suegra-, lo implacable del paso del tiempo.

Cuanta verdad encierra el título de una famosa canción interpretada por La Sonora Santanera: “Dios sí perdona, el tiempo no”, y vaya que es irrefutable ese perogrullo.

Mi suegra -de quien ya les he hablado en otra ocasión-, se llama Anita y ya acusa una edad respetable, de hecho bastante respetable, el próximo 19 de maro, si Dios lo permite, llegará a sus ochenta y cuatro años y es natural que muestre señas muy evidentes de cansancio.

Cuando la conocí, en 1983, su apariencia era de una señora fuerte, muy trabajada, pero naturalmente los años no se le notaban. Creo sin ser irrespetuoso, que de un tiempo muy breve a la fecha, ella muestra que el paso del tiempo no respeta al hombre, y francamente me preocupó.

La vi caminar con pasos muy inseguros, precariamente y trémula. Usualmente junto a ella y siempre acompañándola, está su fiel perrito llamado Milton, como si quisiera indicar que él también ya rebasa por mucho la edad adulta –tiene cerca de 16 años-, y que pronto se irá a otra dimensión, cuida de no entrometerse en los pies de su ama y así pasan los días conjugando el verbo vivir en grado superlativo.

Está canijo llegar a viejo. Todo fuera natural si como a los perros, casi no se notara la vejez, de un día para otro simplemente el corazón dejara de fallar y como si nada. Pero en los humanos por desgracia es muy evidente cuando los años se apoderan de uno.

Milton a pesar de su avanzada edad (se presume que un año canino corresponde a siete u ocho de los humanos, por lo tanto Milton es un perrito anciano de ¡105 años!), aún puede brincar de su lecho al suelo. Ladra, mastica con sus cinco o seis dientes, corre, en fin hace lo que un viejo no podría en esa misma edad.

Por ello les decía que me preocupa mi suegra Anita por que como todos los ciclos llegan a cumplirse, ella manifiesta no temerle a la muerte, simplemente que no la desea y pide a Dios para que la mande recoger cuando Él crea conveniente, así reza doña Anita.

Dios bendiga a mi suegra Anita, Dios bendiga al Milton, se necesitan mutuamente ya que además de acompañarse en su vejez y soledad, “platican sabrosamente” y así estarán hasta que Dios se acuerde de ellos.

Acápite: Este día a partir de las diez de la mañana estará en Empalme, en la Plaza del Tinaco el candidato de la Izquierda Unida, Andrés Manuel López Obrador para seguir dando a conocer su proyecto de Gobierno. Sin dua, el mejor de todos los candidatos. Hay que apoyarlo y el 1 de julio, votemos por él.